Una universidad al servicio de la sociedad y de la ciencia

10 de febrero de 2021

Estrategia programática del Ministerio de Universidades

La Universidad es una institución fundamental para nuestras vidas. De la Universidad depende la educación de las personas, la igualdad de oportunidades para todas, el desarrollo económico, científico y tecnológico, la creación cultural, la afirmación de valores éticos y cívicos, la construcción de la identidad, el aprendizaje de la tolerancia y la solidaridad entre humanos, y la defensa de la libertad intelectual y de expresión mediante el estímulo del espíritu crítico.

Para que estos principios se hagan practica vivida son necesarias políticas institucionales, apoyadas en un marco normativo estable, tales como las que definimos a continuación

  1. Universidad pública, gratuita y con enseñanza de calidad: prioridad al estudiantado

El sistema universitario debe organizarse prioritariamente en torno a universidades públicas financiadas por el Estado, que representan la gran mayoría del estudiantado de grado y de máster. Lo cual requiere:

La prioridad a la Universidad pública por parte del Estado no significa en modo alguno el menoscabo de las Universidades privadas, que dependen de sus propios recursos y gozan de autonomía en la definición de sus estrategias, dentro del marco jurídico común que todas las universidades deben respetar en el ámbito estatal y en los ámbitos autonómicos.

  1. Universidad productora de conocimiento

La investigación científica, en todas sus ramas, es y debe ser un componente esencial de toda Universidad, dentro de las posibilidades y la especialización de cada Universidad.  Sin investigación no hay Universidad, sino centro de estudios superiores. Para cumplir este objetivo es necesario:

  1. Universidad al servicio de la sociedad
  1. Universidad que contribuya al desarrollo económico y a la creación de empleo de calidad

Para ello:

  1. Un sistema universitario diferenciado y competitivo.

A partir de la cobertura de las necesidades básicas de las enseñanzas en todos los ámbitos de conocimiento, debería constituirse un sistema universitario diferenciado de forma que se proceda a una cierta especialización en aquellos estudios o campos científicos en que cada universidad concentre recursos académicos que respondan a las necesidades económicas, sociales y formativas del territorio. Tal concentración en algunos ámbitos de conocimiento debe orientarse a alcanzar un nivel de excelencia internacionalmente homologable, para lo cual la cooperación interuniversitaria con redes de centros de investigación y tecnológicos y con empresas innovadoras en los ámbitos seleccionados, en el contexto regional, irá constituyendo una masa crítica y producirá un valor añadido que permitan alcanzar los niveles de excelencia perseguidos. Dicha especialización deberá ser favorecida mediante políticas presupuestarias por programas y objetivos. 

  1. Universidad internacionalizada
  1. La Universidad como espacio de libertad y debate cultural

La tolerancia, la libertad de expresión y el intercambio de ideas y proyectos son principios básicos de la interacción en la comunidad universitaria. Para asegurar el cumplimiento de esos principios deberá reforzarse la figura del Defensor Universitario dotando a su oficina de medios suficientes para ejercer su labor.

  1. Universidad equitativa

La Universidad debe ser una institución comprometida con la igualdad y con la eliminación de cualquier forma de discriminación, sea por razón de género, clase social, origen nacional y/o étnico, sexualidad, diversidad funcional, edad, creencias religiosas, o cualquier otra fuente de discriminación de las personas.

  1. Una Universidad autónoma, democrática y participativa

Las universidades se regirán por el principio de autonomía de la institución, en el marco de la gestión institucional y financiera del Estado y de las Comunidades Autónomas. Este principio de autonomía se traduce en la organización de sus enseñanzas y planes de estudio, así como en los procedimientos de elección de sus órganos de gobierno y en la práctica de su gobernanza. Un principio básico de esa gobernanza autónoma será un sistema de participación del profesorado, estudiantado y PAS en el quehacer de la Universidad. Al mismo tiempo, la Universidad deberá dotarse de mecanismos de decisión que permitan una gestión eficaz y ágil capaz de adaptarla al cambio constante de su entorno. Dichos principios deberán plasmarse en Estatutos propios de cada Universidad.

  1. Una Universidad con financiación adecuada a partir de los presupuestos autonómicos mediante las correspondientes transferencias del Estado

 La financiación del sistema universitario debería constituir una prioridad del conjunto de los partidos políticos democráticos. En particular, debe compensarse a corto plazo la pérdida masiva de recursos de las universidades públicas en la última década, cifrada en más de un 20%. Lo cual requiere:

Sin una financiación adecuada los objetivos planteados en este documento se convertirían en simple proclama retórica. Si existe un acuerdo general sobre la importancia de la Universidad los partidos políticos y las Administraciones publicas deberían comprometerse definitivamente con la puesta a disposición de las universidades de los recursos presupuestarios y humanos necesarios para llevar a cabo su misión.