El GTM expone los tratamientos actuales contra el COVID-19

El Grupo de Trabajo Multidisciplinar (GTM), que asesora al Ministerio de Ciencia e Innovación y apoya al Gobierno en materias científicas relacionadas con el COVID-19 y sus consecuencias futuras, presenta en un nuevo informe las distintas opciones de tratamiento que se han ido consolidando en la atención médica de la enfermedad COVID-19. El principal objetivo del informe es resumir la información técnica disponible y hacerla accesible para la sociedad, armonizar y sistematizar el conocimiento actual sobre terapéutica, y ayudar a definir las áreas de investigación prioritarias sobre las terapias para esta enfermedad en el momento actual.
El informe consta de una primera parte de introducción, sobre la irrupción de la pandemia y las primeras aproximaciones con las opciones terapéuticas disponibles; una segunda parte, donde se explican las diferentes fases de la enfermedad y las posibles aproximaciones terapéuticas en cada una de ellas; una tercera parte, donde se detalla cada medicamento o grupo farmacológico empleado, su origen, mecanismo de acción, recomendaciones de uso y datos sobre su seguridad, y una parte final de recomendaciones generales y bibliografía seleccionada.
El GTM explica que en cada una de las fases de la enfermedad los procesos fisiopatogénicos son diferentes, y por tanto el abordaje terapéutico también es diferente. En la primera fase –fase viral– los pacientes suelen requerir solo manejo domiciliario. Los tratamientos disponibles tienen por objeto disminuir la actividad replicativa del virus y limitar el daño celular secundario, además del control puramente sintomático. En la segunda fase –fase pulmonar– muchos pacientes necesitan hospitalización. El objetivo del tratamiento es detener el deterioro respiratorio, evitar la aparición del síndrome hiperinflamatorio sistémico y proteger al paciente de fenómenos vasculares. En la tercera fase –fase inflamatoria– todos los pacientes necesitan hospitalización y un número importante de ellos recursos de soporte vital avanzado. Las terapias se dirigen a controlar la inflamación sistémica, dar soporte respiratorio según necesidad, y evitar complicaciones nosocomiales. Y en la cuarta fase –fase posinflamatoria– la mayoría de pacientes necesitan todavía hospitalización, y un número importante seguimiento y rehabilitación. Unos pocos, además presentarán síntomas persistentes de difícil tratamiento.
En el último punto del informe, el GTM explicas que las recomendaciones respecto a tratamientos en COVID-19 “tienen un marco temporal de formulación y una vigencia limitada, puesto que están en constante cambio debido a la incorporación de nueva evidencia científica”. Y especifica cuáles son las principales recomendaciones terapéuticas en estos momentos:
- Algunos agentes de inmunoterapia pasiva (anticuerpos monoclonales y plasma de convaleciente) han mostrado efectividad frente al desarrollo de enfermedad clínica y empeoramiento respiratorio en pacientes infectados por SARS-CoV-2. Sin embargo, existen limitaciones técnicas, económicas y logísticas que impiden que puedan recomendarse como práctica clínica habitual de forma generalizada en estos momentos.
- El uso de remdesivir en pacientes con neumonía COVID-19 en insuficiencia respiratoria y con necesidad de oxigenoterapia, en los primeros 7 días de enfermedad, parece disminuir la necesidad de ingreso en UCI y de ventilación mecánica invasiva. Su uso puede recomendarse en esta indicación, especialmente en combinación con baricitinib, cuando sea posible.
- Ningún otro fármaco antiviral ha mostrado efecto significativo sobre la evolución de la enfermedad COVID-19 hasta ahora. Es posible que la colchicina al inicio de la enfermedad tenga un efecto beneficioso en esta progresión, aunque no se puede recomendar su uso generalizado en el momento actual.
- Actualmente no existe tratamiento que garantice que un paciente con neumonía COVID-19 no pueda desarrollar un síndrome hiperinflamatorio y/o distrés respiratorio grave.
- El tratamiento con corticoides sistémicos, ha demostrado ser útil en el tratamiento del paciente con COVID-19 hospitalizado en fase inflamatoria. Este tratamiento ha demostrado acortar la enfermedad clínica y el ingreso hospitalario, evitar la necesidad de ventilación mecánica invasiva, y disminuir mortalidad. Se recomienda fuertemente su uso en pacientes hospitalizados. Sin embargo, no se recomienda su uso en pacientes con COVID-19 manejados de forma ambulatoria, sin necesidad de suplementación con oxígeno.
- El tratamiento con tocilizumab (asociado a corticoides) administrado en pacientes críticos en el momento de ingreso en UCI, se ha asociado con menor tiempo de permanencia en cuidados intensivos y menor mortalidad. Algunos estudios han planteado que la aplicación previa del fármaco, durante el momento de máxima inflamación sistémica – guiado por parámetros de deterioro clínico, por valores de reactantes de fase aguda o por los niveles de IL-6 circulante – podría prevenir la necesidad de ventilación mecánica invasiva. Se recomienda su uso según las condiciones expuestas.
- Otros fármacos inmunomoduladores con efecto sobre la IL-6, sobre JAK-2 o sobre IL-1, si bien podrían ser útiles en el control de la fase inflamatoria de la COVID-19, no han demostrado por el momento un efecto clínico significativo y/o resultados suficientemente robustos. Estos fármacos, pueden ser utilizados, aunque en la medida de lo posible bajo ensayos clínicos de calidad.
- El uso de heparina de bajo peso molecular durante la hospitalización, a dosis profiláctica en pacientes críticos y probablemente a dosis terapéutica en pacientes moderados y graves, ha demostrado disminuir tanto eventos trombóticos como la mortalidad en estos pacientes. Por tanto, se recomienda su uso generalizado, salvo contraindicación manifiesta.
- La utilización dirigida de fármacos antiagregantes (como el ácido acetil salicílico) no debe indicarse de rutina para pacientes con COVID-19; no obstante, no se recomienda su suspensión en pacientes con indicación previa por causas reconocidas.
- Los antibióticos pueden ser útiles en situaciones donde se sospeche sobreinfección pulmonar bacteriana, pero no deben indicarse de forma rutinaria. Específicamente, azitromicina no ha demostrado tener un efecto específico en la infección COVID-19.
- Los pacientes con enfermedad COVID-19 que tomen antihipertensivos del grupo IECA/ARA-II y que tomen hipolipemiantes del grupo de las estatinas, deben de continuar su tratamiento, salvo que exista contraindicación específica.
- Hasta el momento, no existe ninguna terapia efectiva en la fase posinflamatoria de la enfermedad que mitigue las posibles secuelas de la COVID-19.
- A pesar de que los tratamientos utilizados frente a COVID-19 han salvado muchas vidas, la búsqueda de agentes antivirales y fármacos eficaces frente a COVID-19 mediante el uso de nuevas tecnologías debe ser una prioridad sanitaria a nivel global.