El buque Hespérides interrumpe su trayecto hacia la Antártida por casos COVID-19
- El BIO Hespérides viajaba hacia el continente antártico tras completar su segundo puerto durante la XXXV Campaña Antártica Española para desarrollar diversos proyectos científicos y actividades de apoyo logístico
- El buque se ha trasladado a Ushuaia (Argentina) siguiendo los protocolos sanitarios
El Buque de Investigación Oceanográfica (BIO) Hespérides, que viajaba hacia la Antártida tras completar su segundo puerto durante la XXXV Campaña Antártica Española, ha interrumpido su trayecto tras la detección de casos de COVID-19 entre su personal a bordo. El BIO se encuentra actualmente en Ushuaia (Argentina), donde está previsto que las personas afectadas guarden cuarentena.
A pesar de los estrictos protocolos de prevención diseñados específicamente para mantener el virus fuera del continente helado, hasta la fecha, se han confirmado quince casos positivos por test de antígenos, que permanecen en aislamiento y con sintomatología leve. Tras la cuarentena se prevé que el buque, que navegaba por el Mar de Hoces cuando se identificaron los casos positivos, vuelva a la Antártida para participar en el cierre de las bases.
El Hespérides está operado por la Armada Española, siendo la Unidad de Tecnología Marina del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) -organismo dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación- la responsable del mantenimiento y operación del equipamiento científico a bordo.
Este buque, que cuenta con 90 pasajeros entre la dotación del buque y el personal científico y técnico, partió el pasado 16 de diciembre desde Cartagena (Murcia) para participar en la XXXV Campaña Antártica Española con distintos proyectos científicos y actividades de carácter logístico para el apoyo a las bases antárticas, que abarcan tanto el transporte del personal científico y técnico como el aporte de material, combustible y víveres.
En concreto, el Hespérides lleva a bordo personal de siete proyectos científicos, cinco de ellos españoles y dos de colaboración internacional, que previsiblemente verán modificada su actividad en función de las características específicas de cada proyecto.
A finales del mes de marzo concluirá la presente edición de la Campaña Antártica Española, que cuenta con estrictos protocolos de prevención que tienen como objetivo mantener el virus fuera del continente helado. Esta campaña constituye un modelo de cooperación entre diferentes instituciones públicas y privadas al servicio de la I+D+I, en el marco del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación.
Campaña Antártica Española
La XXXV Campaña Antártica supone el desarrollo de 35 años ininterrumpidos de proyectos de investigación científica en el continente helado. Los proyectos científicos en la Antártida abarcan disciplinas tan diversas como la dinámica de glaciares, geomorfología, sísmica, volcanología, biometeorización de rocas, geodesia, aerosoles o ecología de pingüinos. La última edición contó con restricciones debido a la pandemia de COVID-19.
El Ministerio de Ciencia e Innovación dedica una media de 10 millones de euros al año a la campaña de investigación antártica. En concreto, el Ministerio financia la operación y mantenimiento de los buques Hespérides y Sarmiento de Gamboa y los gastos asociados a la logística general de la campaña, y colabora en los gastos de las bases antárticas españolas Gabriel de Castilla y Juan Carlos I. Por su parte, la Agencia Estatal de Investigación financia la mayoría de los proyectos de investigación. A través del Comité Polar Español se coordinan las actividades que los diferentes organismos desarrollan durante las campañas.
Las entidades participantes en estas actividades son la Unidad de Tecnología Marina del CSIC, que gestiona el Sarmiento de Gamboa y la BAE Juan Carlos I en la Isla Livingston y coordina la logística general de la campaña antártica; el Ejército de Tierra, que gestiona la BAE Gabriel de Castilla en la Isla Decepción y la Armada, que opera el BIO Hespérides. Tanto los buques como las bases antárticas forman parte del mapa español de Infraestructuras Científicas y Tecnológicas Singulares (ICTS), instalaciones, recursos o servicios excepcionales en su género, con un coste de inversión, mantenimiento y operación muy elevado y cuya importancia y carácter estratégico justifica su disponibilidad para todo el colectivo de I+D+I.