El GTM analiza el papel del sector privado en la I+D
El Grupo de Trabajo Multidisciplinar (GTM), que asesora al Ministerio de Ciencia e Innovación y apoya al Gobierno en materias científicas relacionadas con el COVID-19 y sus consecuencias futuras, ha publicado un nuevo informe en el que analiza las actividades empresariales innovadoras distintas de la I+D y realiza una serie de recomendaciones para una nueva política de innovación. En este sentido, el GTM subraya la necesidad de “avanzar decididamente hacia un sistema económico y social más robusto y resistente a las crisis” basado “en el uso del conocimiento y en una estructura industrial más completa y competitiva”.
El informe pone el énfasis en el papel del sector privado empresarial, que si bien es responsable de una mayoría de los recursos que se invierten en I+D en España, “se trata de un esfuerzo claramente inferior al que llevan a cabo en países que lideran la creación de tecnología y la innovación”. En este sentido, el GTM afirma que al profundizar en las actividades innovadoras de las empresas, “encontramos que presentan un perfil insuficiente para que su interacción con el resto del sistema pueda generar resultados más positivos que redunden en mayor productividad y competitividad de la economía y en un mayor nivel de desarrollo y bienestar social”. Esa carencia se explica, según el informe, “por diversos parámetros entre los que destacan la menor densidad de empresas innovadoras, el inferior esfuerzo relativo en innovación que realizan, la menor propensión a combinar conocimientos propios y ajenos a través de la cooperación, el poco uso que hacen de los mecanismos de propiedad intelectual y la obtención de resultados económicos de menor calado”.
El GTM explica que la crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia “ha traído a un primer plano del debate científico y político múltiples aspectos relacionados con la producción y el uso de conocimiento y tecnologías. Entre las cuestiones planteadas, hay varias relativas a la capacidad de asegurar suministros y tecnologías necesarios para tener una economía y sociedad resilientes ante los desafíos que puedan llegar y para que no se reproduzcan las situaciones de vulnerabilidad que hemos conocido en los últimos años”. En este sentido, el informe incide en la necesidad de “incluir una evaluación de la contribución del sistema productivo a la generación y difusión de nuevo conocimiento e innovaciones” y “superar el enfoque lineal que comienza con la investigación básica para, en sucesivos pasos, incluir la investigación aplicada, el desarrollo tecnológico y, finalmente, la innovación. Frente a ella, el enfoque más actual es de tipo sistémico, en el que la innovación es producto de un aprendizaje cruzado entre agentes diferentes y en el que las entidades productivas tienen un papel esencial”.