La reforma de la Ley de la Ciencia también tiene entre sus objetivos principales proteger al personal que trabaja en el ámbito de la I+D+I con más derechos laborales y la reducción de la precariedad en sus carreras. En línea con la reforma laboral, se crea un contrato indefinido para científicos y personal técnico y de gestión asociado a líneas de investigación.
La reforma también crea un nuevo itinerario científico posdoctoral más claro, que busca reducir la edad de entrada al sistema modificando el contrato posdoctoral de acceso y facilitando la estabilidad. Se incorpora por primera vez la indemnización por finalización de los contratos predoctorales y postdoctorales, también para los contratos en vigor.
La norma define una carrera para el personal técnico que también se podrá beneficiar de la movilidad del personal investigador. Reconoce y retribuye por primera vez la figura de tecnóloga o tecnólogo en el Sistema Público de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Además, se promueve la atracción de talento y la movilidad del personal de investigación a través de los quinquenios de investigación, que reconocerán todos los méritos de investigación en el sector público y en universidades, tanto en España como en el extranjero. También se redefine el contrato del investigador distinguido para atraer a científicas y científicos de prestigio, o para incentivar el retorno de aquellos investigadores que se vieron obligados a marcharse de nuestro país a raíz de la recesión económica.
La norma mejora las condiciones del personal sanitario, que podrá dedicar al menos un cincuenta por ciento de su jornada laboral ordinaria a funciones de investigación. De esta forma quedan reconocidos como personal investigador del Sistema de Ciencia, pudiendo tener una carrera profesional en función de sus méritos. Además, se mandata a las administraciones públicas para que incorporen de forma estable investigadores al Sistema Nacional de Salud con categorías específicas.